domingo, 1 de diciembre de 2013

Tierra y Luna


Enamorada de la Luna, pero aferrada a la tierra. Así me siento. No me encuentro... El sentido de la vida queda reducido a la nada, en ocasiones, cuando el frío golpea mi puerta.

No saber lo que uno desea, no identificar las necesidades, no leer las esperanzas, no superar los obstáculos o simplemente no llegar a la meta, son simples rompecabezas en el día a día....

Cuantos sueños truncados por el miedo a fracasar... Cuantos planes inacabados por el miedo a triunfar...

El secreto de mi soledad es mi simple miedo... Soy una experta cagandola. Lo hago mejor que nadie. En algo tenía que ser buena, supongo...

Hay una pieza de mi puzzle que perdí en el '95. Que duro es pensar que ya no podré ver la obra de mi vida plasmada en un papel... De pequeña soñaba con ser bióloga marina. Bendita pasión por los animales, pero nunca fue suficiente. Más tarde pensé en veterinaria... Pero para qué esforzarme si ya no estás aquí para verme... Ahora añoro ser peluquera... Dejar bellas a esas mujeres que disfrutan viéndose guapas, mientras yo, sigo sin peinarme por las mañanas.
Otro sueño truncado...

Llego a la frontera de los 30... Y aún no he florecido... Sigo inmersa en una utopía que sé de sobra que no llegará... Rechazando a quien me ama y abrazando a quien me quiere.

Jamás fui lo suficiente para éste mundo podrido. Nunca logré brillar hasta el punto de deslumbrar a alguien... Aún me pregunto hoy... Si yo muriera mañana, quién a parte de mi madre y mis perros me lloraría cada amanecer...

Me siento tan vacía, tengo tantos hobbies que ya no me llenan... Que no es fácil respirar sin clavarme las espinas...

Nunca has sido consciente de cuanta falta me hacías, me haces y me harás... El vacío que has dejado no lo lleno con nada... Con nadie...

Soy un cardo borriquero... Cada año nazco pero nunca florezco...

Flores Espinadas.


Las escaleras. Suben o bajan... No importa... La vida es una constante pendiente. Luchando siempre contra corriente cuando no eres lo que todos desearon... Llega un momento en la vida en la que te debes plantear que es lo que quieres, quién eres y el porqué. No es sencillo... Algunas personas, con más años que arrugas, aún no saben distinguir entre las cuestiones y se aturden con sus pensamientos.

A mi me ha tocado ser mujer. Es un duro peso el que llevo encima... Siempre pendiente de estar a la altura. De cumplir expectativas. Pagamos como un doble impuesto moral... Debemos lograr ser buenas "mujeres" y a la vez no serlo.

Parece que da miedo saber que una, en éste caso, "hembra", pueda ser más fuerte que un "macho". Consideradas el sexo débil, quizás por nuestras delicadas facciones, lo "normal", es aprender a vivir a la sombra de un varonil muchacho que nos proteja de todo lo que nos rodea.

La sociedad no puede admitir un cambio, pero la verdad, es que sin nosotras, ellos no podrían seguir caminando, al igual que nosotras, sin ellos, no podríamos seguir evolucionando.

Es duro ser mujer hoy, pero miedo me da pensar como será para las que vendrán después...


miércoles, 2 de octubre de 2013

El silencio de los gritos.



El sol pega de frente, casi haciendo el intento de cegar. Los pájaros surcan los cielos, con cada corriente una pirueta. Las hojas bailan al son de la brisa. Los gatos hacen piruetas imposibles, los perros comparten miradas... Y los humanos... Simplemente no destacamos por nada que no sea la destrucción. Agotamos recursos naturales por la ansiedad de pensar en que se acabarán. No sabemos escuchar como crece una flor. Ni siquiera percibimos cuando empezamos a enfermar mas sin embargo, si prestamos atención a los seres que nos rodean, podemos darnos cuenta que ellos si lo notan.

Somos tan frágiles. Sólo se nos escucha cuando levantamos la voz, el resto del tiempo, simplemente, somos sombras animadas, con conciencia, que vagan por donde sus pies les llevan.

Ya apenas existe complicidad entre los amantes. Una mirada no dice nada si no la acompaña una palabra. Ya nadie se jura amor bajo las estrellas, ni nadie se inspira mirando la Luna.

Ya no importa si arrancan una flor o si la compran, es un detalle tan carente de materialismo y tan lleno de sentimentalismo que poco a poco ya no tiene lugar en la sociedad que conocemos.

Las tecnologías están enfriando los corazones de cuántos se dejan atrapar, incluida yo. Rara es la vez que alguien escribe una carta a mano. Yo recuerdo mi adolescencia. Me carteaba con gente de todo el mundo. Era maravilloso saber que alguien se había tomado tiempo y había dedicado su atención en redactar a mano una carta.

Antes las manualidades eran algo querido. Ahora regala una tablet y serás amado más aún. Es triste... Es como si hubiéramos entregado nuestras almas al más temible de los demonios. Y... ¿A cambio de que?

Los pájaros del whatssap ahogan nuestras voces, solo nos queda gritar en silencio. Seguir la rutina de ser como los demás y no intentar destacar con detalles pasados de moda.

¿En que momento se ha roto la complicidad?

viernes, 7 de junio de 2013

El tiempo pasa.


Cuando nada valga nada y cuando todo esto acabe, no vengas llorando ansías, que ya estabas avisado. Que el tiempo no es eterno ni inmortal una mirada, que quien se atreve a romperlo con su alma paga el precio.

No pretendas esconderte, de las sombras que te acechan, pues no son más que el reflejo, de cada una de tus experiencias. Cada fallo te persigue, eclipsando cada triunfo. No lograrás nada, si no escapas de tu orgullo.

Es la pescadilla que se muerde la cola, pero en está ocasión se va transformando en tiburón y acaba con todo lo vivido.

La soledad es tu aliada y solo te crees que será mejor que estar acompañado, pero los senderos de la vida no han sido hechos para caminarlos solos.

No eres consciente de la importancia de caer, siempre miras hacía arriba. Pequeño inocente, que duro será el golpe.

Aprender a vivir cada momento no esta hecho para ti, crees que la vida es eterna y mientras tanto te sigues debilitando...

La muerte jugará sus cartas y en soledad te atrapará, aprende hoy la lección de vivir cada día como si fuera una nueva vida.

El jardín del olvido.



Posiblemente sea mi culpa, seguramente exijo demasiado o quizás necesito menos de lo que imagino. Tal vez pido demasiado a un corazón desolado. La cuesta se hace cada vez más empinada, pero sigo trepando por ella, aún tengo la esperanza de encontrar lo que la vida me obligo a soñar para luego arrancármelo de las manos.

Quiero darme por vencida, necesito caer y descansar. A cada suspiro te siento más lejano, más en el horizonte donde el cielo se junta con la tierra mientras yo sigo más cerca del abismo. Te siento infranqueable y siento un miedo desconocido. Sensaciones en el estómago que no son más que nervios. Las mariposas se marcharon, me abandonaron y creo que no volverán.

Intento cuidar el jardín para su regreso, cada día riego cada flor, cada planta, pero lo veo un esfuerzo absurdo, ellas no lo ven, no se dan cuenta, solo piensan en su vuelo libre. Y mientras tanto yo sigo acompañada por los demonios que viven en mí.

Los pájaros vuelan cerca de mi, curioseando, intrigados por mi mirada, ya no me reconozco en el espejo, me he vuelto una desconocida en el camino de tu hallazgo. Basta una palabra, tan solo una, para que logres convertir mi día en un infierno o en un paraíso, pero no eres consciente aún... Y yo... Yo solo sigo esperando a que las mariposas me invadan el jardín en busca de descanso.

Pasan las horas y solo puedo llegar a una conclusión, he caído en eso que los bohemios llaman amor, pero a ratos no soy feliz... Faltan las mariposas en mi jardín...

viernes, 31 de mayo de 2013

Horas, minutos... Jamás segundos...


Existen tres tipos de días. Los días largos, los cortos y los inexistentes. O al menos así los clasifico yo. Los días largos son aquellos en los que parece que paramos el tiempo cuando en realidad quieres que las horas vuelen, pero el reloj es caprichoso y moldea de forma irracional los segundos. Te levantas por la mañana pensando que será bueno, divertido o simplemente pasable, pero según pasan los minutos te das cuenta que que la realidad se transforma y sientes como se alejan tus metas, es como si entrases en una espiral donde todo acaba deformado, las paredes se acercan y alejan a una velocidad de vértigo, respiras hondo y piensas, solo es un día largo, no pasa nada, mas en el fondo, eres consciente de que hubiera sido mejor no levantarse.

Parece que el mundo se confabula contra ti para que nada te salga bien, ni siquiera aquello que por ley controlas y manejas a tu antojo. Es posible que haga un sol radiante, pero solo ves nubes, intentas llenarte de positividad. Gran error, ahora todo se magnífica. Llegas a casa y el sol parece que va desapareciendo en el horizonte, pero aún queda la noche, dispuesta a terminar de golpearte quitándote el sueño. De nuevo respiras hondo y te enciendes un cigarro o un fly, el caso es mantener la atención en algo. Pero hagas lo que hagas... Seguirá siendo un día largo.

En ese preciso instante, en que por fin reconoces tu miserable suerte es cuando llegan noticias y es posible que no sean las peores de tu vida, pero andas en un momento tan magnificado que te sientes herido. A mi me da por llorar... O escribir, a veces ambas cosas, pero siempre acompañada de una melodía amarga y dulce a la vez, calurosa, que me llegue y me haga volar la imaginación.

Días así me recuerdan a la película Un día de furia, es curioso, pero de cierto modo me veo así, encadenando hechos que cada vez empeoran más mi momento sin ser del todo consciente de lo que hago. Decido a regañadientes finiquitar la jornada partiendo rumbo a la cama. El viaje se ha realizado con éxito, he llegado a mi lugar, pero ahora viene lo peor, la cama, la que siempre ha sido mi aliada, hoy no lo quiere ser, se torna incómoda, me absorbe, cuando intento conciliar el sueño me descarga energía...

Hoy... Hoy ha sido un día largo...

martes, 28 de mayo de 2013

Soledades



Me han contado, que la soledad forma parte de nosotros, que la necesitamos por naturaleza y que siempre es una buena consejera, pero a mi me parece la más cruel de las emociones. Te sientas en un rincón a intentar estar en paz contigo mismo y solo consigues que miles de pensamientos te atormenten, te aceleren el corazón y en consecuencia la respiración se vuelva más rápida. Entras en un estado de semi ansiedad y tratas de dejar la mente en blanco. Piensas para ti mismo, no debo pensar en nada y zas! Ya has dejado de tener nada en la mente para autocriticarte por no saber aguantar.

Es algo que va más allá de nosotros, no se puede controlar, quizás por eso se llamen emociones. A cada ser le afectan de una manera. Conozco gente que es feliz en silencio, viendo pasar la vida lentamente frente a sus ojos, aguardan con paciencia algo que es posible que nunca suceda, pero ahí están, seguros de si mismos con un temple envidiable. Yo sin embargo... Bueno... Yo soy un caso aparte. Las emociones me controlan, una simple palabra mal interpretada puede hacer que me sienta mal durante días. Que estúpida soy. Yo sola me atormento, me elevo, me animo, pero quererme? Eso es otro cantar. Supongo que aquellas personas que son capaces de soportar tanta soledad es porque lo son también de aguantarse. Se conocen bien... Y yo pienso... Y llego a la conclusión de que soy una desconocida.

No puedo asegurar reacciones, no sé dónde tengo los límites, probablemente ni los tenga. Y eso me asusta, no saber hasta donde soy capaz de llegar vuelve a llenarme la cabeza de pseudo situaciones, que nunca he vivido, pero intento simularlas para intentar conocerme mejor. De nuevo, las emociones, aparecen y no me dejan tranquila. Con lo que adoro la tranquilidad y lo complicado que me resulta soportarla cuando la hallo.

A veces recuerdo momentos en los que me pasaba horas sentada admirando el horizonte, quizás necesite de nuevo eso, algo donde fijar mi vista y crear tal burbuja alrededor de mi que ni los pensamientos más profundos puedan atravesarla. Llego a la conclusión de que necesito conocerme mejor, pero... De que manera? Es algo que tendré que averiguar.

Observo a mis gatas, siento cierta envidia, son capaces de permanecer en un lugar sin que nada alrededor las afecte, tranquilas, con un sosiego digno de los felinos, pero sin perder de vista lo que hay alrededor. También miro a mis perros, aguardan pacientemente mis caricias, los paseos, todo, y parece no importarles en absoluto una demora, pero yo, ja! Yo soy la señora impaciencia, tengo tanto que aprender de ellos. Son el claro ejemplo del dicho : Benditos aquellos que nada esperan, pues jamás serán decepcionados, mas me considero incapaz de tanto.

Mi mayor problema es que soy demasiado visceral. Espero mucho de las personas porque en el fondo tengo fe en ellas, una fe ciega que me ha llevado a sufrir muchas decepciones, pero no me apeo del burro y sigo creyendo en la bondad innata de la gente. Es más! Creer en ella es lo que me ha llevado a 6 años de luto emocional, pero aún así... Creo que no me arrepiento de nada. Con todo lo acontecido desde que tengo 5 años he aprendido valiosas lecciones que con certeza, jamás se me van a olvidar. Y creo que eso a fin de cuentas es lo que importa. Hubiera preferido otros medios, otras formas, pero nadie elige su forma de aprendizaje de la vida, simplemente llega.

Por eso creo que es momento de aprender de la soledad... Con suerte eso me llevará a controlar mis emociones y podré vivir más tranquila, disfrutando los detalles y los pequeños momentos, sin intentar mantener todo bajo control...

lunes, 27 de mayo de 2013

Ni voy... Ni vengo


En ocasiones me siento tan perdida... Que no consigo descifrar las señales de la vida. Trato incesantemente de comprender cuanto observo a mi alrededor y confirmo mi ineficiente sentido de la razón.

Todo es tan confuso, no sé si vengo o voy, recorro caminos que no están señalizados, me guió por mi instinto aún sintiendo que estoy errando. Nada es lo que parece y lo que no parece es todo.

El sol intenta abrirse paso, pero yo solo veo nubes, aunque en realidad, soy muy consciente de mi equivocación. Me dejo llevar demasiado por las emociones.

Pienso demasiado, intento ocupar mi tiempo en otras cosas, pero es inevitable, es algo que vive en mi, así soy yo. Indecisa e insegura por dentro, fuerte como el hierro por fuera y en ocasiones... Fría como el hielo.

A veces recuerdos momentos de mi adolescencia, de cuanto me quejaba por nada y me doy cuenta de lo poco que supe aprovechar y valorar esos momentos que hoy añoro.

Y quizás solo busqué eso... Recordar o revivir situaciones que me llenaban de paz, tranquilidad, sosiego, alegría, momentos en los que era yo sola y mis pensamientos y nada podía hacerme daño.

Lugares que han visto como he derramado mis más amargas lágrimas y recelosos me han guardado el secreto e, incluso, sitios que han sido testigos de mis mayores alegrías.

Recuerdo que no existían limitaciones que me frenasen, no había miedo, me caía y me levantaba con la misma rapidez, no existía el reloj, ni el mañana, sólo importaba el hoy.

Ahora sin embargo pienso más en el mañana que en el ahora y siento como mi vida escapa, temerosa de volver a cometer errores, siendo consciente que sin ellos no seguiré avanzando, creciendo y aprendiendo.

Pero es más fuerte el miedo a la caída, no tanto al golpe, sentir que caes de 30 pisos de altura, saber que te dolerá, pero no ser conscientes de que esa realidad es la que te toca vivir.

A veces no sirve con respirar hondo y relajarse, ni mirar al techo o por la ventana, en ciertos momentos se requiere de ese dolor, aunque todos intentemos evadirlo....

jueves, 7 de marzo de 2013

Momentos


Guardo en mi memoria el recuerdo de aquel momento. Ese instante en el que los miedos desaparecieron.
"Labios que están secos pero que aún están inquietos por querer besar"...

Esa frase resonaba en lo más profundo de mis pensamientos, mientras, lentamente, íbamos acortando la distancia que existía entre tu cuerpo y el mío.

Fueron segundos, pero fueron lo suficientemente largos para parecer una dulce eternidad.

Llegó el momento tan esperado y sentí como podía tocar el cielo. No duró más de unos pocos segundos, pero conseguimos parar el tiempo y transportarnos a nuestro pequeño edén.

Todavía siento tus manos abrazándome, mientras las respiraciones se aceleraban. Parece que fue ayer, pero ya han pasado muchos días.

Has marcado en mi piel tu aroma y no se disipa. El sabor a ti sigue impregnado en mis labios, pero necesito una dosis más para hacerlo infinito en mi.

Cada vez que siento tu ausencia me transporto a cada momento, cada uno ha sido diferente, intenso, peculiar y particular.

Me encanta dejar volar mi imaginación y volver a esos momentos...

martes, 19 de febrero de 2013

Momentos en la memoria.




A veces no basta con saber que esa persona está ahí. Los lazos afectivos nos empujan a necesitar crear lazos carnales. Una mirada, sonrisa, caricia, un abrazo... Es complicadamente sencillo cubrir esas necesidades, salvo que tengas como enemiga a la distancia. Añorar a esa persona es una tortura emocional complicada de sobrellevar, la única cura posible para tal es un reencuentro.

La calidez de esos gestos o momentos llenan y dan plenitud a los días, que tras la siguiente amarga despedida, se volverán lentamente tristes y vacíos. Nos pasamos la vida buscando un compañero, el complemento perfecto para nosotros mismos, aquello que nos da paz y tranquilidad y cuando lo encuentras es tan maravilloso que a veces somos incapaces de asimilarlo.

Los recuerdos, por más bonitos que sean se vuelven amargos cuando no tienes a tu complemento al lado para poder seguir creando más. Las horas no pasan, bueno sí lo hacen, pero el espacio tiempo parece que se transforman en una nueva forma, lenta, agonizante e incluso crispante. No se sabe en qué ocupar el tiempo, todo parece poco para llenar ese vacío que esa persona consigue ocupar con tan solo una caricia.

Intentas ocupar los minutos con nuevos hobbies u actividades, pero nada es suficiente. Ansiadamente se espera el próximo instante en que los compañeros se verán y vuelvan a ser uno solo fundiéndose en una mirada. Parando el tiempo en cada instante para hacer eternos los momentos que el tiempo guardará en la memoria.


domingo, 3 de febrero de 2013

El sol de mis noches.



Intento organizar en mi cabeza las mil ideas que me brotan, pero, tras un largo tiempo, decido parar, hacerme un cigarro, saborear la primera calada, soltar lentamente el humo y relajar la mirada.  he perdido la noción del tiempo hasta el límite de no saber si de día sale la luna o el sol y si la noche es alumbrada por las estrellas o por tu resplandor.

Tengo una nueva perspectiva de la vida, menos gris, menos negra, menos abstracta, las formas comienzan a tener armonía, las melodías sintonizan con mis neuronas, que además de enloquecer, se enriquecen con cada ápice de conocimiento desconocido que llega a ellas.

Es una sensación tan diferente a las experimentadas que incluso siento miedo, miedo a lo desconocido, sí, he de reconocerlo, pierdo el control sobre mi misma y dejo que mi subconsciente actúe en mi nombre, pero no puedo arrepentirme. Siento que toco las estrellas y su calor se adhiere a mi manos, las retiro por miedo a quemarme, pero un velo casi imperceptible me cubre por completo.

Siento un aura cuando estoy a tu lado, una paz que me llega de lo más profundo de tu mirada. Me observas fijamente y compartes conmigo miradas cómplices. Aquellas que tan solo los dos podemos descifrar. Me has convertido en participe de tus sueños e inquietudes. La sonrisa aflora sola. Tú y solamente tú eres el culpable de tal milagro.

La voz cálida que arropa tus palabras me calma mi helado corazón, no existe un escudo capaz de esquivar todo esto que me llega a través de ti. Miro al cielo y el viento, aliado nuestro, trae tu aroma hasta mi, recordándome que no estás lejos y que velas por mi....

Te doy mi SI para SIEMPRE y a cambio solo pido que te quedes conmigo. +

Voy a sumergirme en mis más profundos sueños, que nacen en mi mente, mientras, ansiosa, cuento las horas que faltan para volver a verte.

domingo, 13 de enero de 2013

The time.




El tiempo es el mejor aliado o el peor enemigo de las personas, puede hacernos crecer o volvernos tan diminutos que no se nos apreciaría ni con una lupa en su máximo aumento. Pero por suerte o desgracia es nuestra herramienta.
Nos marca el momento de ir, de venir, somos sus esclavos y los relojes su verdugo. Desde que nacemos y vamos creciendo sentimos esa necesidad de manipularlo, adelantarlo o retrasarlo, nunca estamos conformes, jamás es suficiente, a veces quizás sí.
Cuando estás en la adolescencia solo quieres llegar a la edad adulta para hacer todo, lo que sin darte cuenta, ya estás haciendo antes de llegar el momento indicado, eso puede causar una frustración prematura y una falta de ansias por devorar cada segundo. Cuando estás en la edad adulta añoras volver a ese tiempo en el que el tiempo lo marcaba un gruñido del estómago, pero por desgracia el juego tiene unas normas, y hay que seguirlas, podrás estancarte en el pasado, pero siempre avanzarás.
Intentas mentalizarte que todo llega a su debido momento, pero te niegas el mismo, por el ansia de ver resultados y como consecuencia cometes unos errores, unas veces más y otras veces menos drásticos para ti.
Hagamos lo que hagamos siempre transcurrirá con la perfección matemática, nos parezca que pasa más rápido o más lento.
Lo mejor ante una situación tan desigual, considero, que es sentarse y esperar, que venga lo que nunca ha sido y que nos muestre lo que tanto ansiamos.

martes, 1 de enero de 2013

Fire.



Comienza otro año. Y yo sigo quemándome por dentro. Encendiste las llamas que hoy no puedes sofocar.
Soplas, no eres consciente que eso me aviva. Me lanzas agua, pero no adviertes que es demasiado tarde...

Quemo todo aquello que toco, convierto en cenizas hasta lo más bello, pero a ti... A ti no soy capaz de abrasarte, te veo y te rodeo, te doy calor, te abrazo con mis suspiros.

Eres aquello que el fuego prefiere mantener con vida, por la eternidad de mis recuerdos. Consigues acercarte, intentas fundirte conmigo, quizás el miedo te frena, pero la pasión te empuja.
Te recibo en mis brazos y me apodero de ti.
Tierna satisfacción que dos almas sienten. Fuego y tierra unidos por el destino caprichoso.

Si me toca ser fuego, quiero que seas la tierra que deba recorrer.