viernes, 31 de mayo de 2013

Horas, minutos... Jamás segundos...


Existen tres tipos de días. Los días largos, los cortos y los inexistentes. O al menos así los clasifico yo. Los días largos son aquellos en los que parece que paramos el tiempo cuando en realidad quieres que las horas vuelen, pero el reloj es caprichoso y moldea de forma irracional los segundos. Te levantas por la mañana pensando que será bueno, divertido o simplemente pasable, pero según pasan los minutos te das cuenta que que la realidad se transforma y sientes como se alejan tus metas, es como si entrases en una espiral donde todo acaba deformado, las paredes se acercan y alejan a una velocidad de vértigo, respiras hondo y piensas, solo es un día largo, no pasa nada, mas en el fondo, eres consciente de que hubiera sido mejor no levantarse.

Parece que el mundo se confabula contra ti para que nada te salga bien, ni siquiera aquello que por ley controlas y manejas a tu antojo. Es posible que haga un sol radiante, pero solo ves nubes, intentas llenarte de positividad. Gran error, ahora todo se magnífica. Llegas a casa y el sol parece que va desapareciendo en el horizonte, pero aún queda la noche, dispuesta a terminar de golpearte quitándote el sueño. De nuevo respiras hondo y te enciendes un cigarro o un fly, el caso es mantener la atención en algo. Pero hagas lo que hagas... Seguirá siendo un día largo.

En ese preciso instante, en que por fin reconoces tu miserable suerte es cuando llegan noticias y es posible que no sean las peores de tu vida, pero andas en un momento tan magnificado que te sientes herido. A mi me da por llorar... O escribir, a veces ambas cosas, pero siempre acompañada de una melodía amarga y dulce a la vez, calurosa, que me llegue y me haga volar la imaginación.

Días así me recuerdan a la película Un día de furia, es curioso, pero de cierto modo me veo así, encadenando hechos que cada vez empeoran más mi momento sin ser del todo consciente de lo que hago. Decido a regañadientes finiquitar la jornada partiendo rumbo a la cama. El viaje se ha realizado con éxito, he llegado a mi lugar, pero ahora viene lo peor, la cama, la que siempre ha sido mi aliada, hoy no lo quiere ser, se torna incómoda, me absorbe, cuando intento conciliar el sueño me descarga energía...

Hoy... Hoy ha sido un día largo...

No hay comentarios:

Publicar un comentario