domingo, 12 de abril de 2015

¡Gorda!



Tengo casi 29 años y estoy gorda. Ése es mi crimen. Tener un estómago más grande. Más reservas de grasa. No tener los huesos marcando mi piel.

Tengo algo de papada. Mofletes. Los dedos rechonchos. Mis clavículas no destacan cuando me pongo escote.

Tengo un culo enorme. Unos muslos gigantes y unos antebrazos grandes. No soy gorda, soy mujer, pero estoy gorda.

No estoy pendiente de la ropa que me voy a poner, ni de maquillarme. Visto cualquier trapito con el que estoy cómoda. No me gusta peinarme.

Me gusta cocinar, me gusta comer y preparar manjares para que los demás disfruten con ellos. Soy una golosa sin remedio.

Estoy llena de defectos físicos según nuestra sociedad, pero estoy llena de buenos actos. Pero claro, estoy gorda.

Hace muchos siglos las mujeres como yo estábamos cotizadas, en 2015 estamos perseguidas por las tallas menos de 40.

Curiosamente, aquellos que marcan tendencia y "estiman" lo que es la belleza de la mujer, son hombres y son gays. Un hombre que ama a otros hombres jamás podrá decir rotundamente como debe ser una mujer.

¿Quién les ha otorgado el derecho a decir que yo, por pesar entre 90 y 100 kg no soy bella? Sencillo, la sociedad patriarcal y las mujeres cómplices que dejan de disfrutar de su vida por contar calorías.

Yo hace unos 10 años no estaba gorda. Estaba "normal", vamos, lo que yo considero normal, pesaba entre 70 y 75 kg, era feliz. Hoy intento serlo, pero no me dejáis. Sí, todas aquellas personas que me miran con lástima o me dan consejos que no pido, no me dejáis ser feliz.

Antes de aconsejar qué comer o qué ejercicios hacer deberíais preguntar si conocemos los motivos por los cuales nos sobran kg o si queremos o no tomar medidas para deshacernos de ellos.

Yo llegué a pesar 150kg, por muchas circunstancias, pero nadie me las pregunta, sólo me dicen, con unos 15-20kg menos estarías más guapa. Perdone usted si mi cuerpo le resulta un insulto.

Antes de mirar el envase deberían conocer el interior. Invito a todas aquellas personas que siente reparo, lástima o repulso hacía lxs gordxs, que nos conozcan con los ojos vendados, que premie el conocimiento y la inteligencia antes que el físico.

Es muy incómodo e irritante encontrarte con gente a la que hace mucho que no ves y te digan; Oh, parece que has perdido peso ¿No?, o; Vaya, has cogido unos kilitos, ¿No?. ¿En serio lo que más destaca de mi es mi peso? Quiero creer que no.

Soy consciente de mis limitaciones. Sé que me cuesta más que otras personas realizar determinadas actividades, pero es mi cuerpo y es mi vida.

Pero también conozco mis propios demonios, los que habitan en mi cabeza y tú no eres quien para juzgarme.

Desconoces mi ansiedad, lo que me ha llevado a ser lo que hoy soy físicamente. No tienes ni idea de mis propósitos, ni de las soluciones que intento poner para mejorar mi vida.

Me dicen que por salud, no sólo por belleza, pero siempre sale ésa maldita palabra, belleza, pues que queréis que os diga, mi cuerpo no es perfecto, pero en cierta manera lo soy, en cierto modo soy perfectamente bella.

Sufro a diario el peso de mis malas decisiones en las rodillas y en algún momento todo cambiará, mientras tanto sigo estando gorda, pero no es tu problema, es únicamente el mío.

Si me quieres ayúdame y respétame y antes de juzgar mi camino ponte mis zapatos.