domingo, 13 de enero de 2013

The time.




El tiempo es el mejor aliado o el peor enemigo de las personas, puede hacernos crecer o volvernos tan diminutos que no se nos apreciaría ni con una lupa en su máximo aumento. Pero por suerte o desgracia es nuestra herramienta.
Nos marca el momento de ir, de venir, somos sus esclavos y los relojes su verdugo. Desde que nacemos y vamos creciendo sentimos esa necesidad de manipularlo, adelantarlo o retrasarlo, nunca estamos conformes, jamás es suficiente, a veces quizás sí.
Cuando estás en la adolescencia solo quieres llegar a la edad adulta para hacer todo, lo que sin darte cuenta, ya estás haciendo antes de llegar el momento indicado, eso puede causar una frustración prematura y una falta de ansias por devorar cada segundo. Cuando estás en la edad adulta añoras volver a ese tiempo en el que el tiempo lo marcaba un gruñido del estómago, pero por desgracia el juego tiene unas normas, y hay que seguirlas, podrás estancarte en el pasado, pero siempre avanzarás.
Intentas mentalizarte que todo llega a su debido momento, pero te niegas el mismo, por el ansia de ver resultados y como consecuencia cometes unos errores, unas veces más y otras veces menos drásticos para ti.
Hagamos lo que hagamos siempre transcurrirá con la perfección matemática, nos parezca que pasa más rápido o más lento.
Lo mejor ante una situación tan desigual, considero, que es sentarse y esperar, que venga lo que nunca ha sido y que nos muestre lo que tanto ansiamos.

martes, 1 de enero de 2013

Fire.



Comienza otro año. Y yo sigo quemándome por dentro. Encendiste las llamas que hoy no puedes sofocar.
Soplas, no eres consciente que eso me aviva. Me lanzas agua, pero no adviertes que es demasiado tarde...

Quemo todo aquello que toco, convierto en cenizas hasta lo más bello, pero a ti... A ti no soy capaz de abrasarte, te veo y te rodeo, te doy calor, te abrazo con mis suspiros.

Eres aquello que el fuego prefiere mantener con vida, por la eternidad de mis recuerdos. Consigues acercarte, intentas fundirte conmigo, quizás el miedo te frena, pero la pasión te empuja.
Te recibo en mis brazos y me apodero de ti.
Tierna satisfacción que dos almas sienten. Fuego y tierra unidos por el destino caprichoso.

Si me toca ser fuego, quiero que seas la tierra que deba recorrer.