domingo, 3 de febrero de 2013

El sol de mis noches.



Intento organizar en mi cabeza las mil ideas que me brotan, pero, tras un largo tiempo, decido parar, hacerme un cigarro, saborear la primera calada, soltar lentamente el humo y relajar la mirada.  he perdido la noción del tiempo hasta el límite de no saber si de día sale la luna o el sol y si la noche es alumbrada por las estrellas o por tu resplandor.

Tengo una nueva perspectiva de la vida, menos gris, menos negra, menos abstracta, las formas comienzan a tener armonía, las melodías sintonizan con mis neuronas, que además de enloquecer, se enriquecen con cada ápice de conocimiento desconocido que llega a ellas.

Es una sensación tan diferente a las experimentadas que incluso siento miedo, miedo a lo desconocido, sí, he de reconocerlo, pierdo el control sobre mi misma y dejo que mi subconsciente actúe en mi nombre, pero no puedo arrepentirme. Siento que toco las estrellas y su calor se adhiere a mi manos, las retiro por miedo a quemarme, pero un velo casi imperceptible me cubre por completo.

Siento un aura cuando estoy a tu lado, una paz que me llega de lo más profundo de tu mirada. Me observas fijamente y compartes conmigo miradas cómplices. Aquellas que tan solo los dos podemos descifrar. Me has convertido en participe de tus sueños e inquietudes. La sonrisa aflora sola. Tú y solamente tú eres el culpable de tal milagro.

La voz cálida que arropa tus palabras me calma mi helado corazón, no existe un escudo capaz de esquivar todo esto que me llega a través de ti. Miro al cielo y el viento, aliado nuestro, trae tu aroma hasta mi, recordándome que no estás lejos y que velas por mi....

Te doy mi SI para SIEMPRE y a cambio solo pido que te quedes conmigo. +

Voy a sumergirme en mis más profundos sueños, que nacen en mi mente, mientras, ansiosa, cuento las horas que faltan para volver a verte.

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