domingo, 21 de octubre de 2012

Almas salvajes.




Un brote de energía nace cuando el alma del lobo y la mía propia se unen bajo la luna llena. Somos uno. Noto como me regala su fuerza y a mi vez, intento regalarle la paz de mi cuerpo.

Los espíritus de la naturaleza fluyen con nosotros, dejándonos el mundo a nuestros pies. Amos y dueños de nuestros actos. Nos entregamos al más puro y salvaje sabotaje racional para dar rienda suelta a la emoción más pura y ardiente.

Su sed de caza eriza mi piel lentamente, la fuerza empieza a apoderarse de mi y siento como mi alma se mezcla con la suya, formando una sola. Leo a través de sus gestos, siento sus emociones, sus miedos e inquietudes.

Me visita en lo más profundo del subconsciente y me recuerda qué está ahí, para mi. Qué si existe una única dueña, esa soy yo. Me entrego sin pensarlo. Si en está vida tengo un dueño, sin duda es él.

Lobo solitario, mujer solitaria, una Luna solitaria testigo de nuestros actos carnales. Una niebla qué nos cubre como si de una manta se tratase.

Una brisa y un rocío qué bañan nuestra piel. Un bosque qué nos busca, nos encuentra y cuando no estamos nos anhela...

Eso somos tú y yo, dos almas salvajes entregadas a la más pura pasión. Dos almas qué se extrañan cuando no se pueden ver. Las mismas qué se hacen el amor cuando los cuerpos no se pueden tocar.

La noche sigue siendo nuestra más fiel aliada... Y ante la Luna prometo, qué mientras siga respirando, mi cuerpo, mi alma y mi corazón solo hallaran en tus brazos descanso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario