miércoles, 12 de septiembre de 2012

Mi... Yo...



Quizás no soy esa princesa de tus sueños, siempre con el pelo arreglado, la cara maquillada y un cuerpo "espectacular". Tal vez dejó de preocuparme si piensas en mí al despertar.

Rompí cada una de mis promesas entre las cuatro paredes de mi habitación, para así, poder jurarme por ultima vez, qué lucharé por ser feliz.

Pase mi vida pensando qué si daba todo de mi, alguien haría lo mismo. La llamada de atención llegó demasiado tarde. Ya tuve que flanquear sola una pared, qué si lo pienso, aún o he terminado de trepar.

Siempre pensando en si los demás estarían de acuerdo con mis decisiones, tome caminos equivocados, decisiones irrevocables y sentí cosas inimaginablemente duras y dolorosas.

No sé cuantas veces me he equivocado. Han sido tantos los errores qué ya no tienen espacio en mi pequeña libreta emocional.

He saltado tantas veces al vacío sin una soga qué me sujetase que he podido sentir lo que las aves cuando alzan el vuelo. Una completa e indescifrable libertad, difícil de definir o incluso imaginar.

Pienso qué no he sufrido derrotas abrumadoras, con cada una he aprendido algo. Creo que mis lágrimas no han sido en vano, ni tampoco mi falta de aliento, siempre he logrado alcanzar lo qué deseaba.

Ahora no sé que sueño perseguir. Solo sé qué quizás no seré lo que todos esperan de mi, pero soy mucho más de lo que todos imaginan.

Soy inquieta y tranquila a la vez, alegre, optimista con un toque pesimista, indecisa y segura, tímida y lanzada, soy todo lo qué jamás imaginé que sería, soy un yo renovado cada día con las experiencias y con un corazón que late con fuerza persiguiendo mi felicidad.


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