domingo, 19 de agosto de 2012

Te echo de menos...



Qué hago aquí sin ti? Miro el cielo encapotado de una neblina gris qué se asemeja a la niebla mañanera. Busco las respuestas a preguntas que ya no resuenan en mi eco. Siempre nos dijeron qué los sueños se pueden hacer realidad, pero nos olvidamos qué las pesadillas también son sueños.
Yo ya he visto cumplida mi pesadilla, ahora solo falta qué mi sueño se abra paso por los senderos de la vida y mientras tiendo mi mano al aire, sienta como la tuya se va acercando a mi, segura de qué no me dejarás escapar.
No soy una cenicienta, pero no niego qué siempre busque un príncipe. El mismo al que poder entregar mis mejores sueños.
Por dentro siento qué mis días terminan.. Soy un soldado de la vida abatido por las tormentas de los dioses. Mi vida no tenía sentido, era como una misión suicida, hasta que ella entró en mi vida, después apareciste tú, tarde pero seguro y no concibo un futuro en el qué tú no estés.
Quererte como el primer día es imposible. Mi corazón es como una mecha kilométrica de dinamita. Cuando se enciende la llama ya no hay forma de pararlo.
Anhelo tu presencia. Poco importa lo que pase si los recuerdos me mantienen con vida. No quiero ser una heroína caída del amor.. Lucho y me levanto... Y quizás gano...
Un soplo de aire fresco me azota la cara. Me llena los pulmones. Me ayuda a volar... Deseando qué el vuelo cese cuando llegue a tu casa...

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