domingo, 27 de julio de 2014

Marioneta.




Su vida no era más que un guión mal escrito. Cada día esperaba un nuevo amanecer, 
sabiendo, con resignación, que nada sería mejor. Recordaba aquellas ferias de pueblo, 
en las que habían marionetas, colocaban un pequeño teatro con un hermoso telón y las 
figuras parecían cobrar vida. 

La sutileza de los movimientos le hacían pensar que la vida quizás fuera de esa manera. 
Simples marionetas llamadas humanos, manejadas por algo o alguien y por desgracia 
ella había caído en manos del más pésimo teatrero. En ocasiones hasta sentía las cuerdas sujetando cada extremidad. Ansiedad lo llaman los expertos. Pero eso no serviría de consuelo. 

Su nariz ya no reconocía olores familiares, ni siquiera aquellos desagradables, 
parecía un robot a la espera de órdenes. Rutinaria vida 
rumbo a la perdición. Su mirada era brillante, pero no por el entusiasmo
de la vida, sino por las lágrimas que retenía hasta el punto 
de sentir la asfixia en su garganta. 

Cada día era igual al anterior. Nada cambiaba, buscaba la forma, pero nunca la halló, 
cada noche se decía a si misma, mañana será diferente, 
pero el correr de las horas demostraba lo contrario. El aire ya no acariciaba su 
piel. Ya no apreciaba los rayos de sol atravesar sus vestimentas. Tampoco 
la lluvia lograba llegar a sus huesos. 

Se volvió una autómata. Encontrándose cada día más débil, frágil, vulnerable. 
Los muros levantados antaño tenían grietas, por ellos se podía escuchar el 
silbido del viento abriéndose paso. Los pájaros dejaron de cantar
para ella, ni siquiera las flores ya encontraban las fuerzas de florecer.

Su peor pensamiento era que ella misma propiciaba una destrucción, 
lenta, dolorosa, pero de nuevo estaba resignada a su nuevo futuro. 
Leía mil y una formas de vivir y no encontraba la más certera para ella.

Intentó encontrar el valor de los cobardes, el final, el adiós definitivo, pero hasta en eso erró. 
Se sentía presa de si misma, sin derecho a tomar decisiones, sin fuerza
si quiera de pensar en algo diferente. 

Entró en un túnel sin salida... Hacía su destrucción...

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